LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

domingo, 20 de noviembre de 2011

TANTEOS


Vemos en La Política On Line la noticia del proyecto presentado en la Legislatura provincial por un grupo de diputados del Frente para la Victoria para que las empresas exportadoras de soja paguen el Impuesto sobre los Ingresos Brutos; del cual nosotros nos ocupamos acá. 

En el portal que pertenece a La Nación, replican los argumentos de las Bolsas de Comercio de Santa Fe y Rosario que se conocieron acá: que el proyecto es inconstitucional, que viola la ley de coparticipación, que rompe los pactos fiscales, que desalienta la inversión.

Y como no podía ser de otra manera, se suma la Sociedad Rural de Santa Fe, cuyo presidente fue  candidato a diputado nacional por la UCR el 23 de octubre.  

Y otra vez vuelven con el mismo verso que durante el conflicto de la 125: que este tipo de iniciativas atentan contra el productor, al que las exportadoras le descuentan los impuestos del precio que le pagan por su producción, como hacen con las retenciones.

Es decir otra vez a cumplir el rol de idiotas útiles de las grandes firmas multinacionales que monopolizan prácticamente el comercio exterior de cereales y oleaginosas, con algún que otro pulpo de capital nacional como AGD.

El mismo papel que cumplieron cuando festejaron el voto no positivo de Cobos, sin percatarse entonces de que, en ese mismo momento, les estaban transfiriendo a esos grandes jugadores de la exportación miles de millones de pesos que a sus representados, ya se los habían descontado.

Son los mismos (los de la Rural) que, por ejemplo, protestan por la cadena de comercialización del trigo y pretender percibir el precio pleno, o que piden que el gobierno los proteja de los abusos de la industria molinera.

La misma Bolsa de Comercio de acá (ejerciendo institucionalmente el rol de lobbista de los intereses concentrados que se verían afectados pagando impuestos si el proyecto prosperase) hacen como el tero: en un lado pegan el grito (diciendo por ejemplo "Santa Fe pone tanto -por retenciones- y le devuelven tanto"), con un federalismo de conveniencias; para crear un estado de opinión favorable a la imnunidad fiscal de la que gozan todos estos grupos, desde hace años.

En el caso de la Sociedad Rural, es evidente que hay una afinidad ideológica con las exportadoras, que está por encima de la divergencia de intereses entre los de éstas, y los de los productores que dice representar: todos comparten la idea de un Estado bobo y mínimo, que no los joda, ni les cobre impuestos, ni los controle ni los regule.

Y con tal de que la plata no se la quede el Estado, les da lo mismo si se la sacan otros empresarios; a lo que hay que sumar que con tan primitivos como empresarios, que ni siquiera son capaces de organizarse en consorcios, cooperativas u otras formas de asociación, para poder comercializar ellos mismos su producción sin depender de los que dominan hoy el mercado.

Del mismo modo que prefieren arrendar sus campos y dejar que otros se los exploten, mientras ellos se van a Buenos Aires o Punta del Este, de viaje a Europa o simplemente, a perder el tiempo en el bar del pueblo. 

Los problemas que la propia Rural denuncia (es decir que las empresas exportadoras que compran la producción agropecuaria para exportarla les descuentan a los productores los impuestos que deben pagar del precio que les reconocen), sólo se resuelven con una intervención más profunda del Estado en la cadena de comercialización, al estilo de la Junta Nacional de Granos, o ¿por qué no?, del IAPI en su momento.

Obviamente ni las exportadoras (que siempre se benefician) ni la Rural (un antro del más rancio liberalismo económico) van a acordar con estas ideas, y siempre van a expresar el atávico temor del hombre de campo a pagar impuestos, "porque no está acostumbrado", como decía De Angelis en los tiempos del lock out agrogarca.   

La Política On Line se suma así al lobby en contra del proyecto de los diputados del FPV, agitando el fantasma de un nuevo aumento de retenciones por parte del Estado nacional; a ver si puede reavivar las chispas de la asonada agrogarca del 2008.

Porque para limar a Cristina, todo suma.

Tanteos, que le dicen.   

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