LA FRASE

"ELCOMITÉ DE CRISIS POR LA GUERRA EN MEDIO ORIENTE LO DISOLVÍ AL DÍA SIGUIENTE DE CREARLO PARA QUE VEAN QUE VOY EN SERIO CON LO DE ACHICAR EL ESTADO." (JAVIER MILEI)

lunes, 23 de enero de 2012

DOS A PEDIR DE BOCA PARA ARTEMIO

 

Y que conste que no nos metemos con la sinonimia futbolística y los recientes resultados del fútbol veraniego (adversos para el team del carilindo Falcioni), sino que estamos esperando ansiosos la opinión del gurú espiritual de la blogósfera K sobre estos hallazagos recientes de un periodismo sí que hegemónico, claramente volcado a la izquierda casi trotskista en los últimos tiempos.

Periodismo que por ejemplo acá descubre la subsistencia de núcleos duros estructurales de pobreza, con la ayuda de expertos espeológicos (no van a comparan con los números cuasi morenistas de Consultora Equis, psss) como el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica, o SEL Consultores del amigazo Kritz (que hace poco desmintió rotundamente una tapa catástrofe del magnettismo sobre el seguro estallido social post paritarias, sin ir más lejos).

No sabemos que dirá Artemio, pero a nosotros no nos cierra el tema (más allá de que es evidente que subsiste un núcleo duro de pobreza en la Argentina), como por ejemplo eso de que, pese a la Asignación Universal por Hijo, todo sigue más o menos igual que en el 2007, porque además eso introduciría un elemento misterioso (casi Horangelesco digamos) sobre el 54,11 % de Cristina.

Ni hablemos ya de la confusión conceptual de mezclar algo como los Planes Jefes y Jefas de Hogar con las nuevas jubilaciones del programa de inclusión previsional, no sólo desde una perspectiva jurídico-formal, sino desde el universo social de individuos (e individuas, como diría Artemio, como que no) abarcado por unos u otras; sobre todo cuando estamos hablando de núcleos duros de pobreza.

Del mismo modo no nos termina de quedar claro si -en el contexto que apunta la nota- estaría bien o mal que el Estado sostenga una creciente intervención social, o destine por ejemplo el 60 % del gasto del Presupuesto nacional 2012 a finalidades o programas sociales.


 
Donde evidentemente ya la influencia del PO (vía Bermúdez) dentro de la redacción de calle Piedras es creciente e incontrastable: no sólo han descubierto a las calificadoras de riesgo y sus perniciosos consejos (así como su responsabilidad central en la crisis que sacude al capitalismo europeo y yanqui),sino que desentrañan la composición accionaria de estos buenos muchachos, es decir quienes les ponen la tarasca en cada caso.

Aun antes (o mejor) que "6 7 8", es nada menos que Clarín el que nos aporta un dato central para entender la crisis que golpea allende los mares: al parecer esta gente subiría y bajaría el pulgar (mandando a marzo en tal caso) a países serios como si fueran cualquier republiqueta bananera sudaca, para cuidar sus propias nalgas amenazadas por el vendaval.

Y todo eso por un sí que oscuro entramado de intereses corporativos y financieros, con lo que viene Clarín a aportarnos otro asomborso descubirmiento: no hay objetividad en la ciencia económica, ni leyes cuasi naturales donde dado "A", irremediablemente se produciría como lógica, natural e inevitable consecuencia "B"; fatalismo que por estas pampas nos emperramos en desconocer, como el Quijote luchando contra los molinos de viento (de cola).

Ahora hay algo que hace ruido: estuvimos buscando en los archivos del suple económico del GDA una nota como ésta donde diga el papel que estos muchachos de las calificadoras jugaron por acá y no sólo no encontramos ninguno, sino que por el contrario hace un par de meses las utilizaban para alertar sobre un probable crack  del sistema bancario argento:



 
En fin Artemio, esperamos su palabra, nos vamos a poner la servilleta para disfrutar.

2 comentarios:

Minaverry dijo...

En el próximo número de Clarín, de regalo, el póster de "Que la crisis la paguen los capitalistas"...

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Seee, junto con la biografía de Trotsky o sus "Obras completas" en fascículos.