LA FRASE

"QUE DESDE LA VICEPRESIDENCIA SE SOSTENGA UNA AGENDA QUE NO SEA LA DEL GOBIERNO ES ALGO QUE NUNCA SE HA VISTO." (JULIO COBOS)

miércoles, 29 de febrero de 2012

LAS FRASES DEL MES


1. “El gobierno quiere re-estatizar YPF para manotear la caja, no como yo, que lo haría para filmar un documental.” (Pino Solanas)

2. “Que nosotros combatamos fuertemente el empleo en negro no significa que busquemos profundizar el enfrentamiento con Moyano.” (Carlos Tomada)

3. “Ay, yo a Mauricio le canto siempre: “Vetooo a vetooo, me enamorééé de tííí…” (Juliana Awada)

4. “A mí no me preocupa tanto que YPF sea estatal o privada, como saber a que sindicato están afiliados los que manejan los camiones de combustible.” (Hugo Moyano)

5. “Espero que Scioli no vuelva de Francia con el brazo en la mano para mostrarnos a todos que es cierto que se fue a hacer un service.” (Jorge Lanata)  

6. “¿Y si los barcos ingleses no pueden atracar más en Uruguay a quién le entrego yo la carta para la reina?” (Elisa Carrió)


7. "Después de lo sucedido con Jazmín De Grazia, si yo fuera Analia Granata, estaría muy preocupada: " (Nelson Castro)

8. “Los anuncios no fueron gran cosa, pero pudo ser peor: hasta último momento temimos que nos dijeran que la Cámpora había invadido las Malvinas.” (Patricia Bullrich)

9. “Ya se nota mi mano al frente del partido: dos meses de gestión, y el radicalismo volvió a la Casa Rosada.” (Mario Barletta)

10. “No fuimos a la Casa Rosada por dos razones: no sabíamos que iba a anunciar Cristina, y no encontramos a nadie que quisiera hacerse cargo de darle las explicaciones a Lilita cuando vuelva.” (Adrián Pérez)


11. "El obrero de Olavarría que habló a favor de la minería era de Fuerza Bruta." (Elisa Carrió)


12. "Yo estoy en contra de la explotación de las minas a cielo abierto, por eso siempre organizo los desfiles en lugares cerrados." (Pancho Dotto

13. “Por las dudas aclaro desde ya que Whitney Houston nunca discutió conmigo.” (Aníbal Fernández)

14. "Es verdad, los aviones que chocaron en Aeroparque estaban en tierra, pero uno de la Cámpora les hacía las señales para estacionar." (Enrique Piñeyro)  

15. "Tenemos que hacer como Grecia, que no permite la megaminería a cielo abierto." (Pino Solanas)

16. "Lástima que no hay elecciones esta semana, si no arraso." (Jorge Altamira

17. "Ese Proyecto X es una barbaridad, ¿dónde se ha visto un gobierno espiando a la gente? (Mauricio Macri)

18. "Estoy otra vez soltero pero no me regalo: por menos de una eliminación de retenciones, ni te doy el teléfono." (Alfredo De Angeli)

19. "Espero que a Crónica no se le ocurra mostrar en la tapa fotos de Amalita Fortabat desnuda." (Jorge Lanata)

20. "Ahora todos hablan de cianuro, el agua, el ajuste y la represión, no sé si da para que yo vuelva: el mercado de pronósticos apocalípticos está saturado." (Elisa Carrió)

21. "Por fin estoy de acuerdo en algo con Moreno: hay que llevarse a toda esa negrada de la Saladita a Angola, que es su país de origen." (Mauricio Macri)

22. "Si Lanata se fuera a vivir a las Malvinas, en un par de meses funde el "Penguin News" y vuelve echándole la culpa a los kelpers." (Aníbal Fernández

23. "Ustedes sabrán disculpar que deje el tema de la minería por algunos días, pero ahora lo de los trenes tiene prioridad." (Pino Solanas)

24. "Para que van a gastar en gurkas, si nosotros somos más baratos." (Fernando Iglesias)

25. "Es verdad que Hebe de Bonafini me trató de pelotudo, pero hay que ver bien en que contexto." (Juan Pablo Schiavi)

26. "Estoy indignado con los intelectuales que no me convocaron a firmar el documento sobre Malvinas, nada más que por preguntar que significa "autodeterminación"." (Luis Majul)

27. "Años esperando que se caiga un avión, y viene a chocar un tren." (Enrique Piñeyro)

28. "Quisimos obsequiarle a la presidenta un típico producto nuestro, por eso le regalamos una maqueta." (Antonio Bonfatti

29. "Si hubiera presentado un pedido de informes sobre los trenes, todavía sería presidente del partido, minga me iban a echar." (Gerardo Morales)

CULTORES DEL PENSAMIENTO MÁGICO GATAFLORISTA


O sea: si los trenes en manos de TBA son malos, operados por el Estado serán espantosos, porque no se produjo el milagro de que en un día todo se arregle y funcione correctamente.

Y si no lo dejaron salir por problemas técnicos -como anticiparon los funcionarios en la conferencia de prensa- está mal; y si salía y pasaba algo porque el tren tiene desperfectos, esta malísimamente mal.

Lo bueno de esto es que te dan certezas: haga lo que haga el gobierno, sea que lo empiece y lo termine, lo deje a medio hacer, o no haga nada, hay una seguridad: siempre estará mal.

Habrá que prepararse para los informes diarios y las encuestas a los usuarios del Sarmiento tipo "¿Considera usted que el servicio ha mejorado desde que lo intervino el Estado?", y pelotudeces por el estilo.

Sin embargo, la democracia es sabia después de todo: establece que, para gobernar, se votan gobiernos, y no periodistas ni medios.

¿Se imaginan si no privatizando todo un día y estatizándolo al siguiente, y a veces las dos cosas en una misma mañana?

Aunque si uno les creyera a los medios, en un país gobernado por ellos todos los problemas se resolverían de un día para el otro, como por arte de magia.

Más aun: nunca llegarían siquiera a existir, porque bastaría que alguien los denuncie, para que se disuelvan en el aire.

Que macana que la realidad sea un poco más compleja. 

EL MUNDO SEGÚN AGUINIS


Hiperinflación de adjvetivos, super producción de deseos propios proyectados como si fueran hechos de la realidad y -sobre todo- la certeza de que todos, todos, al fin, moriremos.

Interesante el concepto de que EEUU es un país donde matan a los presidentes pero no hacen golpes de Estado (parece sacado de los oyentes imaginarios del programa de radio de Capusotto), obviamente que eso lo dejan para los demás países del mundo que invaden, o en los que promueven ellos los golpes de Estado, pero ése es un detalle que se le escapa a la agudeza (o fervor chupamedia de la civilización anglosajona) de Aguinis.

Otro tópico muy interesante es que configura una esperanza (más aun: ¡una verdadera revolución¡) la postulación de una mujer a la presidencia...en un país árabe; no sea cosa que lo confundan y piensen que cree que es un avance que acá una mujer haya sido elegido dos veces presidenta, no señor.

En fin, gerontotiranía cubana, papagayos multicolores venezolanos, Europa de los vagos y Europa de los trabajadores y -no olvidar- Gendarmería caída en desgracia -olvida que por el medio en el que él escribe, entre otros, a partir del sainete del "Proyecto X"- que no va a servir para reprimir los seguros cacerolazos.

Evidentemente lo chistes de Nik ya no hacen reír a nadie, y en LN están poniéndolo a Aguinis a cargo de la sección humorística del diario.

Y después nos asombramos de que Lanata y Fernando Iglesias digan que son intelectuales.

NO A LA REPRESIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL (AL BOTONEO, DESPUÉS VEMOS)


El M.I.A. es un agrupamiento de diferentes colectivos sociales recientemente creado para canalizar reclamos varios referidos a los planes sociales y asistencia a los barrios en situación crítica; unificando a agrupaciones que hasta entonces vehiculizaban sus reclamos por separado.

Es probable que detrás de la legítima protesta social existan punteros políticos ("mano de obra desocupada de la campaña", dicen los funcionarios municipales, banalizando una expresión que tiene un significado histórico bien concreto), y es obvio que toda protesta social tiene -aunque no se lo proponga- un contenido político.

Sin embargo el hecho sucedido hoy en la puerta de la casa del intendente Corral llama poderosamente la atención: recorriendo toda la nota en el diario del Loco Lindo, no se hace mención a que los reclamantes hayan agredido a Corral, a su familia, destruido su propiedad o intentado ingresar en ella; o hayan hecho algo parecido con los vecinos.

Simplemente fueron hasta ahí, se pararon en la puerta, pintaron consignas en el asfalto, habrán cantado otras, llevado banderas, lo que es usual en estos casos.

Incluso uno de los dirigente dice que apelaron a esta metodología de protesta ante los reclamos de los vecinos de diferentes puntos de la ciudad y sus accesos, cuando armaban un piquete reclamando por sus demandas y cortaban una calle o una avenida o ruta.

El Secretario General de la Municipalidad, Pereyra, dice que la "agresión" en este caso no fue institucional (al cargo e investidura de intendente), sino "personal", al "ciudadano" José Corral.

La pregunta es entonces ¿por qué la denuncia policial la hizo la municipalidad, y no el propio Corral?

Y más importante aun: ¿qué denunciaron, cuál es el delito que amerita la intervención de la policía?

Porque el artículo no lo señala, tampoco lo aclara Pereyra y nosotros no lo vemos.

Estos últimos meses oímos por todos lados que el kirchnerismo se preparaba para "reprimir la protesta social", o directamente la reprímía o cohonestaba a los que la reprimían: que los piquetes anti mineros, que la ley anti terrorista, que el proyecto X, etcétera.

A ver que opinan de esta vulgar buchoneada radical (que enseguida cuando tienen que dar respuestas, hacen como el tango "Chorra": se ponen al lado del botón) el "Toni" Riestra, Verónica Benas y otras almas bellas progresistas, prestos a salir en defensa de los luchadores sociales.

Ahora los tienen acá cerquita, sin necesidad de irse (ni física ni mentalmente) hasta Catamarca o La Rioja.

A ver como se portan.

martes, 28 de febrero de 2012

UN PAR DE ZAPATOS


A decir verdad, primero leímos las declaraciones del diputado Angelini del PRO, a quien no teníamos junado (hola, diputado, bienvenido, ¿qué tal, como anda todo por el pelotero?); y cuando las leímos pensábamos "¿cuánto va a tardar en decir lo mismo el zapato de Binner?".

Y hay que reconocer que -si de decir nada se trata- el hombre no defrauda: año tras año repitiendo la misma cantinela: que si las banderas, que si pensemos en celeste y blanco (de tanto repetirlo se lo pegó a Bonfatti que ayer usó la muletilla en el discurso), que Rosario no se merece esto o aquéllo, que así no salimos, etc.

Se pueden buscar todas sus declaraciones de los 20 de junio de los últimos ¿ocho o nueve? años, y van a encontrar más o menos lo mismo: nada, ese discurso ambiguo, apolillado y naftalinoso, propio de las doñas Rosas de Neustadt, o de los comentaristas goriloides de la edición digital de La Capital (a los que Binner les hace un guiño, porque lo votan siempre).

Por momentos parece ese tío (o abuelo) rezongón que se queja por cualquier cosa en las fiestas familiares, incluso reavivando querellas de años ha que el resto de la familia (en este caso Fein y Bonfatti) ha decidido olvidar porque ya no tienen importancia, o porque tienen asuntos más importantes que atender.

Pero por si faltaba algo para comprobar la escasa estatura política de este muchacho (que tiene una obsesión por seguir siendo protagonista, cuando está más para tejer al crochet), es la compañía en la que ha quedado, este pibe Angelini: hasta ayer le pedían a Cristina que hable de la tragedia de Once, pero ahora resulta que estuvo mal que hablara, porque fue el acto de la bandera.

Mezclamos el mismo discurso soso (con mucho de anti política, esa zona gris en la que socialistas y amarillos macristas se cruzan muchas veces, aunque algunos medios porteños -incluyendo Página 12- crean que Binner es poco menos que Camilo Cienfuegos) con todo: los colectivos de Plaza, la tragedia de Once, los muertos, para hacer una argamasa indigerible cuyo sub texto es. para esto, es mejor que Cristina ni hubiera venido a Rosario.

Así después le podían pegar porque no vino, o no habló del accidente ferroviario.

Todo mezclado con una suerte de orgullo pueblerino (de los rosarinos) herido no se sabe muy bien por qué, y la verdad por momentos parece que la bandera es nada más que de ellos, Belgrano también era rosarino (como el Che, aclaran), y se los debe recordar y celebrar siguiendo un "quien sabe quien lo escribió" manual del protocolo de los actos públicos; en el que indefectiblemente debe estar "Alta en el cielo", como el negro vendedor de velas en los actos escolares por el 25 de Mayo.

Ayer Fein y Bonfatti estuvieron en el acto, hablaron como estaba previsto, nadie (o casi nadie) los silbó ni los agredió, dijeron lo suyo, no hubo peleas de cartel por la lista de oradores ni cuestiones de protocolo de esas que para Binner y otros zapatos como él son asuntos de Estado; y entonces nos metemos con las banderas y los cantitos de las agrupaciones kirchneristas que fueron al acto.

Que si eran fuertes, que si competían entre ellos, que si el color de las banderas, que si algunos representaban a D´Elía (¡vade retro Satán, ¿quién lo dejó entrar a esta fiesta de la pampa gringa?) 

Por supuesto que todos estos salames no dijeron ni pío cuando los agrogarcas hicieron su multitudinario mitín al pie del monumento para formular su ultimátum al gobierno elegido por el pueblo, apropiándose de los símbolos patrios: ahí no había nada que decir porque al fin y al cabo, el campo es la patria, ¿vieron?

La verdad es que esta gente atrasa, se detuvo en el tiempo y parece no terminar de entender las cosas que vienen pasando en el país desde el 2001 para acá.

Y pensar que representan a las grandes "esperanzas blancas" de la oposición de cara al futuro.

¿BARLETTA SE VOLVIÓ K?


Porque si los radicales son la única alternativa, hay kirchnerismo para rato, eh.

Aunque ojo: pensándolo bien, no dijo "los únicos capaces de gobernar el país con un modelo alternativo", seamos justos.

Dijo "los únicos que están en condiciones de discutir un modelo alternativo".

Y ya sabemos que para discutir, los radicales son mandados a hacer.

¿TIEMPO DE DESCUENTO?


¿Cómo es esto, el policía bueno y el policía malo, o la ministra tira la amenaza para que los docentes arruguen y vayan a trabajar, y el gobernador confunde para que no sepan que hacer?

¿Con quién evaluó Mengarelli descontar los días?, porque parece que con Bonfatti no fue.

O Bonfatti la dejó pagando, vaya uno a saber.

EN CUALQUIER MOMENTO MACRI PONE A CIRIGLIANO EN EL GABINETE


¿Qué le critica todo el mundo al grupo empresario que opera la concesión del Sarmiento?

Que se embolsa una millonada de fondos públicos en concepto de subsidios y no los invierte para mejorar los servicios, haciendo un mantenimiento adecuado de la infraestructura, las vías y el material rodante; entre otras cosas.

De acuerdo al Presupuesto nacional 2012, la línea del Sarmiento recibiría este año $ 832.514.177 en concepto de subsidios del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios; de los que 725 millones corresponden a transferencias para gastos corrientes (por ejemplo sueldos, combustible, repuestos) y el resto, para gastos de capital: compra de equipamiento, por ejemplo.

Sin embargo Metrovías (la empresa del grupo Roggio que gestiona la red de subterráneos de la CABA) no le va en zaga: de acuerdo al mismo Presupuesto, recibirá este año para administrar el subte casi la misma cantidad que TBA: $ 830.144.916, de los que $ 757.972.127 corresponden a transferencias para gastos corrientes, y el resto (algo más de 72 millones) para gastos de capital.

Comparativamente, el estado de obsolecencia de las vías, material rodante e infraestructura de los trenes del Sarmiento es mucho mayor que los del subte, lo que requeriría mayores inversiones en ese caso; aunque probablemente la cantidad de pasajeros transportada por el subte sea igual de importante, o más.

Sin que el gobierno nacional haya disminuido un peso de esos subsidios (ofreció rebajar un 50 % el primer año desde que se concrete la transferencia al gobierno de la ciudad), Macri aumentó la tarifa un 127 %, de $ 1,10 a $ 2,50.

Y ahora exige -como condición para aceptar definitivamente la transferencia- que le garanticen la finalización de las obras que venía ejecutando la Nación (recordemos lo que pasó con´su gobierno y la famosa promesa de los diez kilómetros de subte por año), de lo contrario lo devuelve; aunque de bajar la tarifa de nuevo, no dice nada.

Es decir que la famosa eficiencia y eficacia tecnocrática del gobierno porteño (al fin y al cabo, en manos de gerentes supuestamente exitosos en la actividad privada) parece no estar en condiciones de gestionar ni siquiera ese servicio, pese a administrar el presupuesto per cápita más elevado de la Argentina, y gobernar en su distrito más rico.

Solamente le falta convocarlos a los hermanos Cirigliano para que formen parte de su gabinete.

lunes, 27 de febrero de 2012

UN CASO DE TRENES, VOLUNTARISMO Ý PENSAMIENTO MÁGICO


La tragedia de Once disparó la discusión sobre el sistema de transportes en el país -especialmente el ferroviario-, y el rol que le cabe al Estado sobre el particular: desde ejercer controles más eficaces sobre los concesionarios privados que prestan los servicios, hasyta asumirlos por sí mismo.

En este caso (al igual que cuando se comenzó a barajar la posibilidad de re-estatizar YPF) no faltaron los cultores del pensamiento mágico, que siempre suponen que basta con desear algo para concretarlo; y que nunca se ponen a pensar en las dificultades concretas con las que la gestión pública se enfrenta.

Hace pocos días acá se reflexionaba en este blog -a propósito de lo mismo- sobre el Estado que tenemos, sus capacidades concretas y su percepción y legitimidad social.

Plantearse la recuperación plena del sistema de transporte ferroviario tanto de pasajeros como de cargas (un objetivo con el que muy pocos podrían disentir) requiere analizar esas cuestiones, y considerar las dificultades y posibilidades reales; porque de lo contrario los problemas de los que hoy adolece se reproducirían bajo la gestión estatal del servicio, y ya sabemos (por la experiencia menemista) como termina eso: las críticas se redoblarían, azuzadas por los apologistas del mercado y de la libre iniciativa privada, y los usuarios seguirían sin contar con un servicio adecuado y seguro, a tarifas razonables.

En Página 12 de ayer se recababan opiniones de estudiosos del tema, sobre todo apuntando a las inversiones minimas que se necesitarían para poner en condiciones la infaestructura ferroviara del país: vías, durmientes, material rodante, estaciones, talleres, repuestos, etc; sin contar además la necesidad de recuperar mucha mano de obra calificada que se perdió con las privatizaciones. 

Para tener una idea de la magnitud del asunto, se estiman allí las inversiones en unos 21.737 millones de dólares en diez años (no asumismos que la cifra sea correcta, simplemente la exponemos), lo que equival con el tipo de cambio actual a unos 95.000 millones de pesos: unas ocho AUH, o -si les gusta más, porque es el ejemplo que sale siempre al paso- unos setenta y nueve (79) "Fútbol Para Todos".

Eso no implica, desde luego, que no se pueda encarar el desafío, sino simplemente que hay que hacerlo en serio, con profesionalismo e inteligencia, desechando de antemano todo voluntarismo consignista que poco ayuda para resolver problemas reales.

Tampoco construyendo castillos (o trenes, o vías) en el aire; como el ejemplo que a continuación vamos a contar y se da acá en Santa Fe.

En noviembre del año pasado la Legislatura provincial sancionó la Ley 13.242, que postula como objetivo "la recuperación del servicio ferroviario en la provincia", según dice su artículo 1; y para eso contempla la posibilidad de que el Estado santafesino (ya veremos en que forma y bajo que condiciones) explote por sí servicios ferroviarios, tanto de pasajeros, como de carga.

En la imagen pueden ver los servicios de pasajeros que supuestamente brindaría la provincia:


Como pueden ver, los objetivos son ambiciosos, porque lo servicios cubrirían buena parte del territorio provincial, especialmente en sus localidades más pobladas, mientras que otros serían de fomento hacia puntos alejados de los grandes centros urbanos, y con escasa población y dificultades de conectividad con el resto de la provincia.

Hasta acá, uno podría llegar a coincidir con lo planteado por la ley, cuya autoría fue del inefable Pablo Javkin, el "inventor" de la boleta única. 

Para la explotación de los servicios, la misma ley contempla que la provincia debe obtener las pertinentes autorizaciones de la Nación, por una razón muy sencilla: la infraestructura de vías sobre la que circularían los ramales es nacional, y en algunos casos (como el Belgrano Cargas) está en manos de concesionarios privados; que explotan servicios otorgados por el Estado nacional.

La ley crea "Empresa Mixta Ferrocarriles de Santa Fe" (EFESA), como una sociedad de economía mixta constituida de acuerdo a la Ley 19.550, para explotar los servicios; con un capital social aportado por el Estado provincial que no puede ser inferior al 50 % del total, y el resto aportado por capitales privados convocados (según dice la norma) "de forma que se garantice la libre concurrencia de interesados, la igualdad de oportunidades a los mismos, la transparencia y la falta de arbitrariedad del proceso."

Aquí tenemos un primer elemento interesante para el análisis: tengamos en cuenta que el proyecto fue promovido por un diputado de la Coalición Cívica y respaldado por todos sus socios del Frente Progresista (y algunos peronistas), como la UCR y el Partido Socialista; fuerzas todas ellas muy críticas de las políticas ferroviarias del menemismo, y de que el kirchnerismo no haya revocado las concesiones a los operadores privados que venían de entonces. 

En el caso santafesino (si la ley llegara a cumplirse) la participación de los capitales privados está asegurada desde la misma ley de creación del sistema, y no como concesionarios sino directamente como titulares de los servicios, mediante su participación en EFESA.

Más aun: hasta tanto se conforme la sociedad mixta, la ley faculta al Poder Ejecutivo (por intermedio del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado) a gestionar los correspondientes permisos nacionales para utilizar la infraestructura de vías, negociar -si fuera necesario- con los concesionarios privados nacionales y convocar al capital privado para aportar dinero en la conformación de EFESA; a través de la Unidad Especial de Gestión Ferroviaria (UEGF); que incluso (según la misma ley) puede aconsejar al Poder Ejecutivo provincial que algunos servicios sean directamente prestados por terceros, en lugar de que los asuma la sociedad mixta donde el Estado tendría participación.

Más allá de que es de dudosísimo valor legal que la provincia pueda conceder a terceros la explotación de servicios que dependen de infraestructura física nacional, obsérvese que el modelo de gestión diseñado no se diferencia demasiado del tan vilipendiado (justamente) del menemismo.

Por el contrario y por ejemplo, en el orden nacional la Ley 26.352 (2008), sancionada luego de la creación de la UGOFE (Unidad de Gestión y Operación Ferroviaria) creó la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado; (es decir un ente creado bajo la Ley 20.705, con exclusiva participación del Estado nacional, sin capitales privados) para la eventualidad que se asuma la operación de nuevos ramales ferroviarios, o de alguno que al presente explota un prestador privado, y se produzca la caducidad o revocación de la concesión (como podría ser el caso de TBA en el Sarmiento).   

Pero el caso santafesino y la ley Javkin arrojan más elementos de interés para el análisis: el proyecto sancionado no contiene la más mínima precisión respecto de las fuentes de financiamiento público (estatal) para los eventuales servicios ferroviarios provinciales que propugna, ni establece la menor obligación al respecto para el Poder Ejecutivo, en cuanto a dotarlo de recursos presupuestarios: no crea gravámenes específicos con ese fin, ni destina cantidad alguna de dinero con ese destino; ni siquiera especifica (como sí lo hace la Ley nacional 26.352) cual sería el capital inicial de EFESA.

Tampoco hay en la ley sancionada la más mínima precisión respecto al origen del material rodante, y los recursos con que se solventaría su adquisición; ni de la estructura de costos de los servicios o las bases de los cuadros tarifarios, para determinar por ejemplo si son necesarios subsidios para sostener un determinado nivel de tarifas, y de que magnitud. 

Menos todavía fija un marco regulatorio de prestación de los servicios, para proteger los derechos de los usuarios, o para exigir standards de prestación a eventuales concesionarios privados. 

Es decir que replica a escala provincial el mamarracho que hiciera en su momento Barletta con el famoso tren urbano (acá hay un audio interesante al respecto), y en esta otra entrada contábamos lo que pasa con los servicios que presta SEFECHA S.A. (Servicios Ferroviarios Chaqueños S.A.) en el norte provincial, y la conducta seguida hasta acá por el Frente Progresista al respecto.  

En cambio lo que sí hace la ley Javkin es autorizar a EFESA (y hasta su constitución a la Unidad Especial que funcionaría en la órbita de Galassi) a realizar cualquier tipo de operaciones financieras o de préstamos con entidades financieras (incluyendo la conformación de fideicomisos de garantía y administración, tan aborrecidos cuando los usa el kirchnerismo) de alcance nacional (no especifica que sean bancos estatales o privados, y dentro de estos, de capitales nacionales o extranjeros) para que aporten dinero para el financiamiento de la prestación de los servicios.

Aunque el proyecto no lo diga en ninguno de sus artículos, cabe presumir que el endeudamiento en que incurra EFESA para financiarse sería avalado por el Estado provincial; además de contemplar que, si conforma un fideicomiso con un banco que aporte capital para financiar la explotación de los servicios, éste tiene derecho a designar al menos un integrante que lo represente en el directorio de la sociedad mixta.

Aunque dijimos que el proyecto no contempla nada relativo a los niveles de tarifas de los servicios, no hace falta ser muy astuto para advertir que, si un banco privado pone parte de la financiación y asume la gestión de un fideicomiso de garantía y administración (es decir percibiendo los ingresos de la explotación de los ramales, y cobrándose con parte de ellos el capital invertido), va a tener interés en recuperar lo más pronto posible su inversión; lo que indica que las tarifas no podrían ser muy bajas que digamos.

En definitivas, el caso de la Ley 13.242 es un típico ejemplo de voluntarismo y pensamiento mágico aplicado en este caso a los servicios ferroviarios.

Porque todos estamos de acuerdo con que vuelvan los trenes; con lo que no estamos para nada de acuerdo es con reflotar engendros con un insorpotable tufillo noventoso.

UN SOBREVIVIENTE DE LA TRAGEDIA


Los diez días (o más) previos a la tragedia de Once los radicales se la pasaron peléandose entre ellos por la permanencia o no de Leandro Despouy en la Aufitoría General de la Nación.

Barletta -como nuevo presidente del partido- lo quería rajar para poner a alguien de su confianza (Mariano Candiotti u otro), y los alfonsinistas lo sostenían.

Durante todo ese tiempo todos alababan a Despouy (un figuretti importante, como dijimos acá), pero ninguno se acordó de los informes de la AGN (que además no los hizo él solo, y se basan en información que debe proveerle el gobierno al órgano de control) sobre el funcionamiento de la línea Sarmiento en manos de TBA.

O en todo caso:  aunque les parecieran serios a Barletta y a la mayoría de la dirigencia radical, igual le querían pegar un voleto en el orto a Despouy, y reemplazarlo por otro; pueden buscar los diarios de esos días.

Pero sucedió lo que sucedió en el accidente ferroviario, y todo cambió: ahora no es de buen tono rajarlo al hombre, porque además (como dice la nota) es fuente de consulta permanente de los medios.

Y Dios los libre a los radicales de malquistarse con los medios, justo en este momento y con la tragedia de Once de telón de fondo.

El episodio dice mucho sobre el contexto político post accidente (hoy los radicales darán una conferencia de prensa con Despouy a la cabeza, quien presentará otro informe sobre el Sarmiento y TBA.

Pero no vayan a creer que se trata de un burdo ejercicio de oportunismo y aprovechamiento político de las 51 muertes, no señor.

Es apenas una contribución desinteresada a la calidad institucional (mostrando además que un organismo de control está absolutamente partidizado, conforme al modelo pactado en su momento con Menem), y a la mejora de la calidad del servicio de trenes en beneficio de los usuarios.  

FEDERALISMO DESTROZADO


A ver, muchachos del ladriprogresismo santafesino (como este chico del GEN, Peralta): ustedes nos viven diciendo a nosotros todo el tiempo que somos unos impostores apropiadores de causas en las que no creemos, y a las que terminamos prostituyendo por utilizarlas políticamente con el fin de distraer la atención de los problemas.

Bueno, a ver si -como dijo el filósofo Barrionuevo- se dejan de robar por un par de años (o lo que resta del mandato de Bonfatti) con el asunto éste del federalismo, y la cortan un poco con eso de que -cada vez que se mandan un moco gobernando, o no saben resolver algo- se ponen la vincha punzó, se suben al caballo, agarran la tacuara y se creen el Brigadier López, o Pancho Ramírez.

Mucho ruido para tan pocas nueces, Peralta, la realidad es más sencilla y asúmanla de una buena vez: durante 24 años dieron cátedra diciendo que tenían la solución justa para todos los problemas de Santa Fe, que el peronismo por corrupto e ineficiente (que hubo de las dos cosas, para que lo vamos a negar) no podía resolver.

Y la gente les creyó, y los votaron (dos veces), y pasaron cuatro años y estamos en veremos: ¿o acaso alguien puede nombrar algún problema (importante eh, no van a salir con las vallas de la Casa de Gobierno) que existiera antes de diciembre del 2007 y que los gobiernos del Frente Progresista hayan resuelto?

En el caso puntual de la EPE, hasta hacían publicidad en la campaña del 2007 -cuando ganó Binner- con que iban a terminar con los cortes de luz; y llegaron al gobierno con la receta mágica: hay que aumentar las tarifas para hacer las inversiones que faltan, y listo el pollo.

Cualquier parecido con EDENOR o EDESUR, es pura casualidad.

Y lo pusieron en práctica: aumentaron las tarifas (10 veces en cuatro años y dos meses), y la cosa sigue igual que antes (si somos generosos) o peor (si nos aproximamos más a la realidad), y las inversiones sólo existen en la publicidad oficial.

Hay algo en el medio (entre las boletas más abultadas que pagamos los usuarios, y el servicio que recibimos) que no funciona, ¿es tan difícil admitirlo en lugar de andar buscando argumentos cada vez más traídos de los pelos?

Porque hace poco las críticas eran (así nos decían al menos) para motorizar un intento de privatizar la EPE y dársela al grupo Vila (este púgil Peralta estaba entre los que compraron el globo y lo reprodujeron por todos lados, o sea que se anota en todas).

Ahora la multa de CAMMESSA por el nuevo tarifazo (multa anunciada de antemano por el gobierno nacional) es una cuestión de federalismo, y -ya sabemos- por culpa de la multa la EPE no podrá cumplir con su impresionante plan de obras para mejorar el servicio

Y vaya uno a saber con que saldrán después estos muchachos, porque si hay algo que les sobra, es imaginación.

Lástima que no la aplican para gobernar.

domingo, 26 de febrero de 2012

SOBREPONERSE A LA ENFERMEDAD


Por Raúl Degrossi

A esta altura  de las cosas y tragedia de Once (entre otras cosas) mediante, habrá que asumir definitivamente que los días tranquilos no existen para el kirchnerismo: sea por errores u omisiones propias, por los esfuerzos de sus adversarios (más lo medios que los partidos opositores), por el contexto nacional o internacional, no existe el sueño de la placidez que alguno podría esperar resultaría del 54 % de Cristina.

Y si alguno piensa (sobre todo dentro del gobierno) que ese 54 % autoriza a hacer la plancha y relajarse, sería bueno que despierte y si es posible fuera del gobierno; porque la gente votó a Cristina en reconocimiento a lo hecho, pero fundamentalmente porque la creyó la más capacitada para encarar lo que falta, y vio en el kirchnerismo a la única fuerza política con aptitud de enfrentar las dificultades.

Esto último sigue siendo particularmente cierto y es importante recordarlo cuando hasta los propios parecen dudar: en el medio de la bronca (justificada) por la conferencia de prensa de Schiavi después del accidente, habría que pensar por un momento que podríamos haber esperado de otros en su lugar, si el resultado de las elecciones hubiera sido distinto.

Probablemente de allí surja el enojo de los oficialistas: el hombre lució demasiado parecido a un zopenco del PRO, o del gobierno de De La Rúa.      

Y en ese contexto y munidos del correspondiente antiácido, hay que pegarle una leída a  esta columna de Susana Viau en Clarín de hoy; porque condensa todo aquello a lo que se tiene que enfrentar el gobierno de Cristina por estos días.

Desde el 23 de octubre para acá, la receta de los grandes medios -después de su estrepitoso fracaso electoral- es sencilla: se sustraen de la realidad las elecciones, se marca agenda con temas que existen o se inventan si viene al caso (aunque esto último no sea imprescindible), se ponen todos en foco en clave catastrofista (cosa que se puede percibir comparativamente con una visión retrospectiva, cuando se compara los anteriores temas de tapa con una tragedia verdadera como la de Once) y se apunta a generar o agudizar un clima difuso de malestar social para horadar al gobierno.

Claro que la estrategia se puede ver favorecida  si desde la propia gestión del gobierno no se está a la altura de las circunstancias (como en el caso de los trenes), pero no hay que perder de vista el hecho central: hay una enorme ansiedad -cada vez más difícil de disimular, la nota de Viau es una prueba- por el retorno de los días de furia del 2001: protesta social generalizada y desbordada, sin cauce político y que se lleve puesto al gobierno: en río revuelto, siempre puede aparecer un símil de Duhalde dispuesto a cumplir con las demandas del Grupo y satisfacer sus intereses.

Hasta hay en el artículo el consabido reto a los opositores por no sumarse al festival: no cabe en la cabeza de Viau (que habla por los intereses de sus patrones) que los dirigentes opositores hayan decidido o pensado que no es de buen tono utilizar políticamente la tragedia ferroviaria (con las excepciones de los carroñeros profesionales, como Solanas o Carrió), o que hayan reflexionado acerca de que el seguidismo de la agenda de los medios no los condujo a ningún resultado, salvo la desaparición electoral.

Que la estrategia existe y no fue disparada por el accidente del Sarmiento está claro, en la medida que todos los tópicos trillados desde hace años contra el kirchnerismo están allí prolijamente alineados: la corrupción, Moreno, la Cámpora, el peronómetro, la impostura de Kirchner, la prostitución de la causa de los derechos humanos.

Y los hits del verano, claro. el ajuste, Ciccone, el Proyecto X: Viau hasta extrae de sus alforjas un curioso "duelómetro" para determinar cuantos días debe durar un duelo nacional, haciendo ver como si a Cristina le importasen más Facundo Cabral o Mercedes Sosa, que las 51 víctimas del accidente. 

Nada nuevo bajo el sol, pero ahora espera Viau que el rosario de lacras del kirchnerismo sea leído en clave de las 51 víctimas de la tragedia y cobre nueva dimensión en el imaginario social: ése es el rol que les ha asignado a los muertos, eso es lo que le importan; nada más.

Y en ese camino, ordena y apila los hechos como si todos ellos -los que existen, los que magnifica, los que inventa- fueron, en conjunto, los que causaron la tragedia, siguiendo una perversa operación mental: si el kirchnerismo no estuviese -parece decirnos Viau- estas cosas no sucedería, y si ya no estuviese Cristina en el gobierno, seguramente no pasarán jamás en el futuro.

Puesta en ese camino, poco le cuesta internarse en ese psicologismo berreta al que son tan afectos muchos periodistas, para pintarla a Cristina como una frívola preocupada porque el duelo por las víctimas dure poco, para no interrumpir los festejos del carnaval.

O alguien que rehúye las circunstancias difíciles o trágicas o el dolor, como si no hubiera tenido que soportar al carapintadismo agropecuario durante cuatro meses, a un vicepresidente opositor durante cuatro años, la muerte de su compañero de vida, o su propia enfermedad personal.

Alguien a quien compara con escasa sutileza con Isabelita, una imagen que seguramente aprendió de Lanata cuando trabajaba en Crítica.

Y que decir del retrato que hace Viau de nosotros, los kirchneristas, porque se saca los guantes y nos degrada por debajo de la categoría de boludos que compramos un discurso de impostores: ahora somos directamente unos frívolos fiesteros e insensibles, adoradores de la corrupción, prostituidores de cuanta causa noble exista, mentirosos seriales, incapaces de nada bueno, o de hacer algo por buenas razones.

Eso es lo que tenemos enfrente -porque Viau no habla sólo por ella misma, expresa lo que piensan muchos-, además de las dificultades concretas y reales que plantea la agenda política, social y económica del país: como golpeará la crisis internacional, como preservar el empleo y el nivel de actividad, como mejorar la salud o el transporte público, o resolver el problema de la vivienda o el del empleo informal.

Sería tan erróneo ignorar el canto de sirena de los medios y su discurso disolvente, como suponer que ése es todo el problema, o darle más importancia que a los problemas reales.

Porque allí está la complejidad del desafío para Cristina, para el gobierno, para los que adherimos al rumbo abierto en el país desde el 2003,  aun desde el llano o como simples militantes (y por cierto: va siendo hora que se mejoren los canales de comunicación y circulación del debate entre unos y otros): como hacer para no caer en la tentación de gastar todas las energías en confrontar y replicar ese discurso (hasta validando así en un punto implícitamente el rol político que estos personajes se atribuyen), en lugar de ver en que podemos aportar para construir lo que falta.

Para lo que es imprescindible sobreponerse a la enfermedad que padecen las Susanas Viau: la enfermedad del odio.

NACIONALIZACIONES


Tiempos curiosos estos che: antes uno oía hablar de nacionalizar algo y pensaba en el petróleo, la banca o el comercio exterior.

Ahora, parece que consiste en darle escala en todo el país a un experimento político mezcla de peloteros felices y consultores ecuatorianos con prontuario, hasta hoy (y desde el 2003 más o menos) circunscripto a los límites porteños.

Este muchacho Mauricio (pensador profundo y estratega genial si los hay) viene prometiendo su "lanzamiento" nacional desde el 2003: lástima que nunca cumple y se decide a lanzarse...por la ventana.

Pero ahora parece que ha encontrado la materia prima apta para su desembarco allende la General Paz: un diputado esclavista y homofóbico Olmedo en Salta por allá, un comicastro de la legua decadente Del Sel en Santa Fe por acá, un subproducto de la afabetización en escuelas y universidades privadas carísimas Michetti en Buenos Aires (porque ojo: se dieron cuenta que nació en la provincia, a través de una profunda investigación...mirándole el DNI); y ya la base está (como diría el Bambino Veira) para el gran lanzamiento nacional.

Sin estructuras, sin aparatos (a menos que uno encuadre a Del Sel en el rubro), sin partido, sin desarrollo territorial, nada de eso: la "nueva política" sólo reclama que los candidatos "tengan onda", "la mejor" entre ellos, y listo.

Y lo peor del caso es que este zapato -que con toda seguridad será candidato en el 2013, porque las mismas "dudas" manifestó en su momento para presentarse de candidato a gobernador- cosechará seguramente muchos votos por acá, porque hay gente que lo extraña a Reutemann.

O a lo mejor lo vota para que se meta en el Congreso y se baje de los escenarios de una buena vez, así no sigue robando con las mismas boludeces de hace veinte años, vaya uno a saber.

PERONISMO SANTAFESINO: ¿HAY ALGUIEN ADENTRO?


Resulta sorprendente y llamativo el silencio de radio que impera en el peronismo santafesino.

Entiéndase bien: es obvio que hay reuniones varias, roscas en progreso, dirigentes que se ponen frente a un micrófono y hacen declaraciones de ocasión.

Pero cuando decimos silencio, estamos refiriendo a hablar de lo que importa, discutir política en serio, definir un perfil concreto de acción política, con objetivos que convoquen a la militancia.

El viernes pasado no sólo se cumplió un aniversario del primer triunfo electoral de Perón: pasaron también siete meses desde la derrota -contundente- en las elecciones provinciales, sin que ningún sector interno del PJ haya hecho (al menos públicamente) la más mínima autocrítica seria y a fondo, buscando encontrar las razones de la derrota, como primer paso para comenzar a recorrer otro camino, con resultados diferentes.

Lo que sí hicieron muchos dirigentes del PJ -de todos los sectores- fue atribuirse el doble éxito de Cristina en Santa Fe (en las primarias de agosto y en las generales de octubre), cosa que todos sabemos que es falsa, y que, si en algo contribuyeron, fue justamente en no aparecer.

Después vino el nuevo gobierno del Frente Progresista y el lamentable sainete de la disputa por la presidencia de la Cámara de Diputados; saldado el cual los que quedaron de uno y otro lado (y luego de haber salido a ventilar los trapitos sucios por los medios) parecen estar en estado de hibernación política, mientras la Legislatura está en sesiones extraordinarias pero al parecer no tiene nada interesante que discutir.

En tanto el gobierno de Bonfatti se encamina a cumplir sus tres primeros meses de gestión en medio de conflictos, problemas y la herencia dejada por Binner (de la que Bonfatti es claramente co-responsable): abultado déficit de las cuentas públicas, crisis de los servicios prestados por las empresas estatales, aumentos de tarifas considerables que no se traducen en inversiones, aumento de Ingresos Brutos por decreto, amagos de reforma tributaria y de pedidos de autorización para endeudarse.

Además de eso crisis, de la seguridad pública (sobre todo en Rosario), conflictos en puerta con los gremios estatales por la discusión en paritarias y una constante estrategia de victimización que termina descargando todas las culpas en el gobierno nacional (hasta de la falta de inversiones en la EPE o ASSA), ante el silencio cómplice de la dirigencia del PJ provincial, con honrosas (y escasas) excepciones.

Dirigencia que estaría enfrascada no se sabe bien en que, porque estaríamos a la puerta de elecciones internas de las aun no se conoce el cronograma, y cruzan el aire todo tipo de versiones y operaciones sobre roscas, rosquitas y roscones, "acuerdos de unidad", supuestos operadores de la Rosada que lanzan globos de ensayo o bendicen candidatos, y fantasmas del pasado como Obeid, que reaparecen de la nada, que son de golpe kirchneristas y se presentan como los salvadores del peronismo provincial.

Y en otra constante de los últimos años (con las honrosísimas excepciones del caso, que terminan más bien confirmando la regla) una absoluta falta de predisposición para asumirse como oficialistas en el orden nacional (saliendo a bancar públicamente al gobierno de Cristina que está siendo jaqueado desde múliples lugares), y como opositores en el gobierno provincial; silenciando las críticas que se merece la mediocre gestión del Frente Pogresista, para peor -y según todo lo indica- en pago de favores personales recibidos.

Mientras tanto muchos críticos y durísimos cuestionadores del día después de la derrota hoy no sólo están en silencio, sino parecen sentirse cómodos con este esquema de electroencefalograma plano de ideas políticas; lo que hace pensar cuanta seriedad había en esos planteos incendiarios y rupturistas, sobre todo cuando en muchos casos coincide el silencio actual con el previo pase por la ventanilla de los cobros.

A esta altura de las cosas parece inútil ya esperar que se abran cauces de participación a la militancia para poder plantear hacia adentro todas estas cosas y discutirlas, y es muy probable que el camino hacia las internas partidarias termine con otro "acuerdo de unidad" para la foto, como el del congreso de febrero del año pasado antes de las elecciones,

Otra forma de seguir barriendo bajo la alfombra las discusiones pendientes sobre que se quiere para el peronismo santafesino, y de seguir generando todas las condiciones para repetir más derrotas electorales en las próximas elecciones.

La pregunta a hacerse al respecto es por qué razones, y hasta cuando las cosas seguirán igual; y -sobre todo- si hay muchos verdaderamente interesados en que alguna vez cambien.

Porque a lo mejor hay gente que tiene una idea del PJ parecida a lo que hacen los radicales, discutiendo por los lugares en la Auditoría General de la Nación, y no se enteraron que el peronismo nació a la vida política argentina para disputar el poder.

Y no tienen ganas de ganar, ni en el 2013 ni en el 2015, o están cómodos donde están y como están. 

sábado, 25 de febrero de 2012

DE ESTO ESTÁBAMOS HABLANDO


Ayer nomás en esta entrada se planteaba que la tragedia de Once ponía en foco el rol del Estado, en un contexto en el que hay que discutir que Estado concreto tenemos y como se lo mejora, y cual es la percepción social que de él se tiene.

Hoy en Página 12 aparece esta nota de Alfredo Zaiat donde marca con claridad el punto: "Esa dificultad en el caso del Estado es porque ha perdido capacidad de gestión, fue apartado de áreas estratégicas con las privatizaciones y tiene recursos limitados ante el desafío de reconstrucción y, si bien ha ganado legitimidad en los últimos años, el discurso hegemónico conservador lo sigue minando al cuestionar la inversión pública, ya sea por desembolsos en empresas estatales, como Aerolíneas Argentinas, o por subsidios al consumo y al sector privado."

Pero también hoy nos encontramos con el artículo al que corresponde la imagen, y que expone un estudio de la Fundación Libertad de Rosario, uno de los "think tanks" más conocidos del neoliberalismo vernáculo.

La publicación no es inocente ni casual, ni por el momento ni por el contenido.

En la entrada linkeada se decía que  "Ese paradigma (el instalado por el menemismo de que la empresa privada es más eficiente, y resuelve mejor los problemas) también (y aunque se lo pretenda ocultar) es el que entró definitivamente en crisis con la tragedia de Once: no basta con dejar que algo lo hagan los privados en lugar del Estado para que mejore, porque si ese Estado no controla adecuadamente, los resultados son casi siempre, peores. ".

La conclusión es generalizada por estos días luego del accidente en el Sarmiento, y no son pocas las voces que reclaman que el Estado revoque la concesión al grupo Cirigliano, y se haga cargo directamente del servicio.

Es en ese contexto (oscurecido por el saldo humano de la tragedia) que los defensores del liberalismo salen a la palestra, exhibiendo la presunta ineficiencia de ese mismo Estado, con los argumentos de Neustadt en la década del 90' (o de Alsogaray los 30 años previos); y con el ánimo de deslegitimar socialmente lo público estatal.

No defienden a un grupo empresario sino a un conjunto de ideas que demostraron su fracaso en la Argentina y lo están demostrando en el mundo; y para eso no vacilan en apelar a cualquier argumento, hasta la falacia.

Porque el informe es claramente falaz: en los términos de la comparación usados para medir el déficit de las empresas públicas (2003 y 2011) omiten un detalle fundamental: las que eligen para el cotejo (las marcadas con los círculos verdes en la imagen) al iniciarse el período comparado no eran estatales, sino privadas.

Más aun: siguiendo el criterio con el que el kirchnerismo ha venido manejándose en la materia, pasaron a ser estatales ante los sonados fracasos e incumplimientos de los concesionarios privados, otro dato que omite el informe: así sucedió con el Correo Argentino, AYSSA o Aerolíneas.

Lo mismos sucede con la UGOFE: fue creada en el 2004 al rescindir Kirchner la concesión del ferrocarril San Martín al grupo Taselli, pero la integran el Estado y los demás concesionarios privados, entre ellos el grupo Cirigliano; y el gerenciamiento de los ramales (que determina que haya o no "pérdidas") está en manos privadas.

Por ende es obvio que en el 2003 todas esas empresas  no representaban gasto de dinero alguno para el Estado (salvo los subsidios a los ferrocarriles), simplemente porque no eran suyas.

Del mismo modo falaz procede el informe cuando introduce en la comparación del período empresas públicas que en el 2003 no existían, como ENARSA o ARSAT; y hasta organismos públicos que no son empresas, como Télam; no importa: para la Fundación Libertad, todo vale para llevar agua para su molino.

Incluso apelando al argumento del déficit (la enorme mayoría del cual proviene de Aerolíneas, de la que el Estado se hizo cargo por los desaguisados de Marsans) da por saldado el debate sobre si el fin de una empresa pública es ganar plata, o garantizar el acceso a servicios públicos básicos en condiciones dignas.

Tanto soslaya ese punto crucial, que el informe pareciera escrito por el mismísimo Cirigliano; que al fin y al cabo debe pensar que así se debe manejar el ferrocarril que gestiona.