LA FRASE

"DE MI ASCENSO A SECRETARIO DE ESTADO SOLO DIRÉ QUE SI UNO ES BUENO EN LO SUYO, EL RECONOCIMIENTO SIEMPRE LLEGA." (MANUEL ADORNI)

sábado, 10 de marzo de 2012

NUBARRONES EN EL CIELO PROGRESISTA


Decíamos ayer acá que en el frente gremial al que tiene que atender el gobierno de Bonfatti quedaban por cerrar las discusiones con los docentes y los municipales; a la que el gobierno provincial tampoco es ajeno, y nos jugábamos por un arreglo en el primer caso (en un escenario de final dudoso), y una probable agudización del conflicto en el segundo.

Nadie es infalible (y si no que lo diga Carrió), y salimos empatados: el conflicto municipal se disparó para donde pensábamos; y el docente se terminó pudriendo, por decirlo académicamente; pese a los esfuerzos de la conducción provincial de AMSAFE (presionando incluso a algunas delegaciones departamentales) para que se aceptara la propuesta del gobierno.

Las 72 horas de paro (que hacen subir a cinco los días de clase perdidos en dos semanas) son un duro golpe para el gobierno provincial, que pudo disfrutar poco de los elogios presidenciales a su oferta salarial: de hecho, no son pocos los que piensan que las ya célebres palabras de Cristina sobre los docentes terminaron inclinaron la balanza en la discusión de la docencia, hacia las posiciones más duras.

Como fuera, el rechazo de AMSAFE (pocas horas antes los docentes privados habían "aceptado en disconformidad" la oferta) pone al gobierno de Bonfatti como al principio: tendrá que mejorar la oferta salarial, y eso fijará un nuevo "piso" para la discusión, que recomenzará con todos los gremios; aun los que aceptaron como ATE y UPCN.

El conflicto municipal -como se dijo- es más delicado aun, porque los niveles salariales están más deprimidos én el sector, y hay muchas situaciones de precarización laboral sin resolver (y aun deudas en los sectores formalizados); y está por verse si la reforma tributaria en ciernes camina finalmente, y en que medida beneficia a los municipios y comunas.

En ese sentido, los municipios y comunas se quedan con el 90 % de lo recaudado por patente automotor (que el gobierno provincial les autorizó a aumentar a fines del año pasado por éste decreto de Bonfatti) y el 50 % del Impuesto Inmobiliario (que se está estudiando retocar como dijimos en la entrada anterior), pero por el contrario sólo obtendrían el 13 % de lo que se recaude por el aumento de Ingresos Berutos ya decidido por decreto, y el que estaría en ciernes eliminando exenciones a la industria (alternativa que parece perder vuelo) y a la construcción.

Habrá que ver cuáles necesidades financieras pesan más a la hora de cerrar el esquema de la reforma tributaria que se viene: la del Estado provincialm o las de los municipios y comunas; lo que determinará en cualquiera de los dos casos el futuro de los conflictos gremiales abiertos.  

Vemos acá en el diario del Loco Lindo mientras tanto como en el plano político la cosa discurre por otros carriles, con epicentro en la Legislatura que queda en extraordinarias (virtualmente una larga hibernación, porque no hay proyectos relevantes del Ejecutivo que tratar) hasta el 1º de mayo: una de las delicias de que la Constitución provincial no se haya reformado.

La fragmentación política del PJ (diez bloques en Diputados, con 28 legisladores) da la nota y obstruye cualquier ejercicio serio de su rol opositor; pero al mismo tiempo termina convalidando (por acción u omisión) aun las iniciativas más cuestionadas del socialismo: la nota linkeada de cuenta de la aprobación de pliegos de jueces y otros funcionarios que requieren acuerdo (entre ellos el cuestionadísimo nombramiento de una pariente cercana de Binner en la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes), sin dictamen de la Bicameral de Acuerdos, porque no se pudo constituir por las disidencias entre los distintos sectores peronistas; todavía atravesados por la lógica del conflicto por la presidencia de la Cámara de Diputados.     

Conflictos gremiales, aprietos financieros y parálisis legislativa asoman entonces en el horizonte como nubarrones para la gestión del Frente Progresista; habrá que ver como los capea.

Dejamos para otra entrada las peripecias de Binner, el progresismo y los sectores gremiales que tributan a sus aliados del FAP.

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