VOS NO OPINÉS, QUE TU CGT QUEDA EN SAN TELMO Y NO EN CONSTITUCIÓN

Otro que se suma al tema de moda: decir si está a favor o en contra de la reforma constitucional, como si a la gente (incluso a los trabajadores) le importara un sorongo lo que ellos piensan de eso.

Porque es hasta cómico: están hablando del tema más lo que están en contra, que los que estamos a favor; con lo cual gracias muchachos por instalarlo, pero la verdad, dan pena.

Es como si ninguno se quisiera quedar afuera de dar el presente en los medios (en este caso Moyano en su habitual ronda por Radio Mitre de los últimos meses: ¿habrá aclarado lo del bloqueo de canillitas a Clarín?), para oponerse y que quede claro que no están de acuerdo.

Y el argumento es poco menos que estúpido: si hasta le cabría a Perón, que asumió jurando por una Constitución en 1946, y la reformó (y vaya si lo hizo) en 1949, menos de tres años después.

Con ese criterio, jamás podría reformarse nunca la Constitución, en la puta vida.

Pero es el precio que hay que pagar por pertenecer a ciertos círculos digamos: tenés que repetir el catecismo, si no te empiezan a mirar feo.

Es más, si nos ponemos a hilar fino, pensemos cuantas de las cagadas que hizo Menem (como las leyes de Emergencia Económica y Reforma del Estado, la convertibilidad, la creación de las AFJP) fueron anteriores a la reforma del 94', porque si uno se guía por lo que dice Moyano, parece que hasta ahí veníamos bárbaro.