LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

martes, 18 de noviembre de 2014

SUGESTIONADOS


Tranquilos muchachos que no vuelve el IAPI, ni cosa parecida; no es para tanto: acá en Ambito tildan de "sugestiva" a la Unidad de Seguimiento de las operaciones del comercio exterior creada por el Decreto 2103 de Cristina (verlo completo acá).

Mientras tanto acá en El Cronista precisan un poco mejor los motivos de la medida, tomando como referencia lo que dicen los propios considerandos del decreto, que en lo pertinente transcribimos: "Que las empresas multinacionales participan en aproximadamente el SESENTA Y OCHO POR CIENTO (68%) del comercio exterior argentino.

Que la ADMINISTRACION FEDERAL DE INGRESOS PUBLICOS ha detectado diferentes casos de sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones y precios de transferencia que disminuyen el monto de impuestos a pagar en la REPUBLICA ARGENTINA promoviendo al mismo tiempo sistemas encubiertos de transferencias de divisas afectando de este modo la calidad de vida del pueblo argentino mediante maniobras delictivas.

Que una operación de subfacturación de exportaciones implica establecer un monto total de facturación de las mismas por debajo de su precio real impactando en menor rentabilidad y reducción de los tributos a pagar en nuestra jurisdicción y violando la ley penal cambiaria logrando de este modo apropiarse de la divisa en una cuenta del exterior e ingresando un menor monto al país. Ello repercute negativamente en la economía generando: menor cantidad de divisas ingresadas, tributos determinados y pagados por menor valor y alteración de la cadena de valor.

Que una operación de sobrefacturación de importaciones implica que los bienes importados son valuados por encima del valor real con el objeto de transferir más divisas al exterior y lograr un impacto negativo en los resultados de la empresa a los efectos de evadir el impuesto a las ganancias en el país.

Que los precios de transferencia manipulados entre empresas vinculadas permiten efectuar remisiones ilegales de utilidades o afectar el pago de tributos localmente, perjudicando a todo el pueblo argentino." (las negritas son nuestras)

Los fundamentos del decreto explican con claridad las diferentes maniobras que se vienen verificando a través de las operaciones de comercio exterior, para fugar divisas del país o impedir su ingreso cuando así corresponde en el caso de las exportaciones ; en un contexto de restricción externa, dificultado por el alto grado de extranjerización de la economía en determinados rubros. Además de evadir impuestos, y eventualmente incurrir en lavado de dinero.

Las multinacionales (que como dice el decreto, concentran el 68 % del comercio exterior) apelan a este tipo de maniobras como los "precios de transferencia"; simulando operaciones con filiales suyas del exterior, con costos inflados en dólares, como el caso sonado de P & G; con la finalidad de eludir las restricciones existentes para el giro de divisas al exterior en concepto de repatriación de utilidades.

Restricciones que no vienen dadas por el régimen de inversiones extranjeras heredado de la dictadura y el menemismo; que urge modificar (ver al respecto acá), aun cuando más no fuera a futuro.  

Mientras tanto y con otras herramientas limitadas y disponibles a su alcance (como la modificación de la carta orgánica del Banco Central) el gobierno actuó en casos puntuales sobre el tema; por ejemplo elevando las exigencias de capital mínimo a los bancos; lo que se constituyó en el caso de los de capital extranjero en un techo legal a la posibilidad de repatriar dividendos.

Otro tanto sucedió con las empresas en las que tiene participación accionaria a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES (caso Ternium-Siderar del grupo Techint), forzando la reinversión de las utilidades para aumentar la inversión; afectando de ese modo porciones importantes de dividendos que de otro modo saldrían del país, llevándose divisas.

Va de suyo que, si se entiende que la inversión extranjera tiene un papel que cumplir en el desarrollo del país, no se puede pensar en que se les impida por completo a las multinacionales o empresas de capital extranjero girar dividendos a sus casas matrices porque sería absurdo; pero parte de la discusión (necesaria) del régimen de inversiones extranjeras tiene que ver con el balance de divisas del país, una herramienta estratégica de la economía.

En éste caso la creación de la "Unidad de Seguimiento" (integrada por Comercio Interior, AFIP, UIF, CNV y la Superintendencia de Seguros con invitación a integrarse a la PROCELAC) se inscribe en el contexto de la dura pulseada que el gobierno viene sosteniendo para sostener el tipo de cambio; sin ceder a las presiones de los que buscan una nueva devaluación.

Y opera tratando de coordinar esfuerzos entre las diferentes estructuras del Estado; algunas de las cuales han visto reforzado su poder regulatorio y de control -como el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores o la Unidad de Información Financiera- o su capacidad operativa (como la AFIP) por reformas impulsadas en los últimos años.

Organismos estatales que tienen que operar en una coyuntura crítica, y muchas veces "corriendo de atrás" las maniobras de grupos económicos (nacionales y extranjeros) con mucho peso, habituados a planificar todo tipo de maniobras para evadir los controles legales; y que han medrado y lo seguirán haciendo con el aprovechamiento de los agujeros que dejó el desmantelamiento planificado del Estado durante el menemato.

Las últimas medidas en conjunto tomadas por estos organismos en los controles al dólar "blue" y a las operaciones del "contado con liqui" se inscriben en la misma línea; respondiendo a aquélla máxima de Perón sobre que "todos los hombres son buenos, pero si se los vigila son mejores".  

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