LA FRASE

"LA CANTIDAD DE PERROS DEL PRESIDENTE ES UNA DE LAS CUATRO O CINCO COSAS EN LAS QUE LOS ARGENTINOS NOS TENDRÍAMOS QUE PONER DE ACUERDO." (MANUEL ADORNI)

martes, 2 de junio de 2015

¡ESTÁS IGUAL!


Se ha dicho varias veces acá que el socialismo viene planteando la campaña electoral de Santa Fe como una opción excluyente entre ellos (que serían el "progresismo") y la derecha pura y dura encarnada en el PRO y la candidatura de Miguel Del Sel: el propio Bonfatti enfatizó la dicotomía en su discurso ante la Legislatura al abrir las sesiones ordinarias.

También hemos dado nosotros varios ejemplos concretos (ver por ejemplo acá) que nos permitían al menos dudar de que el distingo fuera tan categórico entre unos y otros, como pretenden hacernos creer.

Para fundamentar ese distingo, se apela desde el gobierno provincial y desde los que conducen la campaña de Lifschitz (incluyendo los voceros mediáticos instalados en ese rol) a refrescar la memoria sobre algunos de los personajes "ocultos" detrás de Del Sel, con notorio y triste paso por las administraciones del PJ que gobernaron Santa Fe entre 1983 y 2007; y algunas medidas emblemáticas que entonces se tomaron.

Recordatorio que -en la mayoría de los casos- se basa en hechos que son estrictamente ciertos, por lo que no es ése el punto en discusión; sino la otra parte del razonamiento del socialismo, que es la que nos interesa a nosotros analizar: en qué medida en cada uno de esos rubros de la gestión provincial en que se evoca el pasado "noventista", los gobiernos del FPCyS han marcado diferencias, o cambios sustantivos de rumbo.

Sin entrar a considerar las evidentes similitudes que tienen los que componen el FPCyS con el PRO en lo que concierne a sus alineamientos respecto a las principales políticas ejecutadas por el gobierno nacional desde el 2003; tal como se señalara acá.

Es más: en ese punto nos ahora el trabajo la diputada Ciciliani, que parece más enojada con Roxana Latorre por votar a favor del gobierno, que con Reutemann por votar en contra, igual que ellos:

Se dice junto a Del Sel (o detrás suyo) están quienes vaciaron el Banco Provincial para luego privatizarlo, entregándoselo a personajes oscuros como los hermanos Röhm y luego a Eskenazy; privando a la provincia de una importantísima herramienta financiera de apoyo a la producción, y es rigurosamente cierto.

Tanto como desde el 2007 para acá primero se le prorrogó el contrato a Eskenazy, y luego se hicieron dos licitaciones a su medida (tanto que fue el único oferente) para que se quedara con el rol de agente financiero del Estado provincial, lo que implica en los hechos una re-privatización; al par que no hubo ningún intento serio de establecer alguna herramienta financiera estatal alternativa para dar apoyo crediticio a la producción.

Por el contrario, ni se le exige a Eskenazy que cumpla con el supuesto "plan de negocios" que debía presentar en la licitación (discriminando cuantos préstamos a la inversión productiva iba a destinar, y a qué sectores), ni se creó la Corporación Financiera para el Desarrollo (el proyecto enviado por Binner a la Legislatura ni siquiera consignaba que estructura jurídica tendría y como se iba a financiar); y se dilapidaron los fondos provenientes de la venta del Banco Santafesino de Inversión y Desarrollo (que debían destinarse a crear la Corporación) en gastos corrientes de la administración: ver más detalles acá y acá.

Se dice también que en los 90' (durante el gobierno de Reutemann, con Mercier en el gabinete) se intentó privatizar la EPE, para que se quedaran con ella grupos empresarios que harían enormes negocios, aumentando las tarifas, y también es cierto.

Tan cierto como que en el segundo gobierno de Jorge Obeid se archivó definitivamente el proyecto privatizador y se tomó la decisión de sostener a la empresa en manos del Estado, subsidiando con aportes del Tesoro su funcionamiento para no tener que aumentar las tarifas, complementado así los subsidios nacionales a la compra de electricidad (el principal insumo de la distribuidora de energía) que se instrumentaron tras la salida de la convertibilidad.

Y tan cierto como que desde el 2007 para acá, se aumentaron las tarifas de la electricidad un promedio de dos veces por año, manejando a la  EPE como si se tratara de una empresa privada exclusivamente preocupada por su rentabilidad y porque le cierren los números; sin que los mayores recursos se volcaran en obras para la mejora del servicio, y pese a que los aumentos vinieron de la mano del sostenimiento de los subsidios nacionales a la electricidad, por lo cual la distribuidora provincial "licuó" su principal costo operativo: ver los números más cercanos acá

Por no mencionar que como la empresa paga Ingresos Brutos sobre su facturación, los aumentos de tarifas están más destinados a financiar por doble vía al gobierno provincial (tarifas e impuestos), que a mejorar el servicio.

Se cuestiona la privatización del agua potable y las cloacas durante el gobierno de Reutemann, con una concesión fracasada a manos de un consorcio multinacional; y su posterior revocación en el gobierno de Obeid, que derivó en un juicio que hoy se ventila en el CIADI.

Cuando se cuestiona éste último aspecto, no queda claro si el FPCyS hubiera preferido que la prestación del servicio siguiera en manos del Grupo Suez o pasara al Estado como resolvió Obeid al crear Aguas Santafesinas, pero lo que sí queda claro es que la gestión "progresista" al frente de ASSA no difiere demasiado de la del consorcio privado: aumentos de tarifas (a razón de dos por año), postergando una y otra vez el cumplimiento de las metas de ampliación de la cobertura de servicios (en especial en materia de cloacas) que estaba pautada en la concesión y por cuyo incumplimiento fuera revocada en su momento.

Una decisión que no hace sino sumarle argumentos a favor al Grupo Suez, en su reclamo ante el CIADI; y que se dio además sin modificar el endeble marco regulatorio diseñado en la privatización, y con un intento solapado de hacer desaparecer al ENRESS (luego cooptado por el gobierno), para que los controles a las condiciones de prestación del servicio sean cada vez más livianos, si no inexistentes: ver al respecto acá. Todo sin contar los lentísimos avances en las obras de acueductos para proveer de agua potable al 40 % de los santafesinos que no la reciben de fuente segura. 

A fuer de ser sinceros, no sabemos si incluir en el análisis comparativo la concesión de la autopista Santa Fe-Rosario a manos privadas, porque el propio Binner dijo en su momento que era la mejor privatización de todas las del reutemanismo; y porque desde que gobierna el FPCyS sigue en manos privadas; con un aumento del 678 % en los peajes desde el 2007, pese a lo cual el estado del camino sigue dejando mucho que desear. 

Lo mismo vale para el vaciamiento de la Dirección Provincial de Vialidad y el sistema de concesiones por peaje de otras rutas provinciales a través de la Ley 11.204 (1994), porque en ambos casos las cosas siguen exactamente igual que cuando gobernaba en Santa Fe el neoliberalismo, travestido bajo el sello del PJ: aumentan los peajes, los consorcios tienen subsidios del Estado provincial (recursos que se le retacean a Vialidad Provincial), y las rutas siguen siendo un desastre.

Otro tanto puede decirse de los puertos provinciales: no sólo siguen vigentes la Leyes 11.011 (1993) y 11.229 (1994) que los entregaron a "entes públicos no estatales", sino que Vorobiof (antes funcionario de Reutemann) fue designado al frente del puerto de Santa Fe tanto por Binner como por Bonfatti; y Lifschitz dijo hace poco que las obras de infraestructura del nuevo emplazamiento del puerto santafesino, debían estar a cargo del Estado y no del concesionario privado, modificando en tal sentido el pliego licitatorio de acuerdo con las exigencias del "círculo rojo" santafesino.

Porque recordemos además que los gobiernos del FPCyS sostienen la idea de conceder el manejo del nuevo puerto por 33 años a grupos empresarios privados con un jugoso subsidio estatal (ver acá), así como antes pusieron a cargo de todos los santafesinos el pago de la deuda en dólares contraída por el Ente portuario para financiar el proyecto de traslado. 

Y podríamos seguir, hablando de la "partidización de la justicia" (donde el estudio Cerrutti de los tiempos de Vernet, ha dado paso al estudio Superti que consigue conchabos de jueces y fiscales a militantes y funcionarios socialistas y radicales), la "cooptación de los órganos de control en manos del partido gobernante" (algo que han profundizado ellos en el ENRESS y el Tribunal de Cuentas) o "el festival clientelar de subsidios", donde tampoco se han quedado cortos.

Pero creemos que para muestra, basta con algunos botones; como por ejemplo lo que viene ocurriendo con la policía santafesina (ya que de botones hablamos), tal como lo contábamos ayer acá

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