LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

martes, 13 de junio de 2017

LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS


Sobre el descenso de los números del trabajo infantil, leemos en La Nación: “Según cifras del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, se estima entre 2010 y 2016 una merma en la propensión al trabajo en niños y adolescentes del 6,1%. Esto quiere decir, que serían 500.000 los chicos de 5 a 17 años que dejaron de estar en esta situación. En 2010 existían 1,5 millones de menores afectados (18,4%), y, actualmente, serían 1 millón (12,3%).

Si bien otros organismos cuestionan las cifras de la UCA, coinciden en que en el período considerado el trabajo infantil bajó; y respecto a las causas, surge en primer lugar la instauración en el 2009 de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que tiene como contraprestación ir a la escuela; pero que además en muchos enclaves de las denominadas “economías regionales” donde el trabajo infantil es moneda corriente, operó como el verdadero salario mínimo vital y móvil: al asegurarles a los hogares una transferencia segura de ingresos por encima de las retribuciones misérrimas que se les pagaban (cuando les pagan en dinero), desaparece un incentivo para que los menores trabajen.

Pero sobre otras posibles causas del descenso de las cifras del trabajo infantil, hay disidencias: mientras para el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia influye la recesión (al haber menos oferta de trabajo para los adultos, también disminuye la demanda de mano de obra infantil), para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sucede lo contrario: “...la baja de este fenómeno está vinculada con una evolución positiva en el empleo de los adultos y al combate del trabajo no registrado."Al trabajo infantil no hay que tomarlo como algo aislado sino vinculado al trabajo familiar. Por lo cual, cualquier mejora en la situación laboral de los padres contribuye a una mejora del trabajo infantil...", señalan sus representantes en el país.

Sorprendentemente y considerando que el relevamiento de la UCA comprende a los menores de entre 5 y 17 años, al analizar las causas del descenso de trabajo infantil no se apunta a otra política pública desarrollada por el kirchnerismo, como fue la sanción en el 2008 de la Ley 26.390 que modificó la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, elevando de 14 a 16 años la edad mínima para comenzar a trabajar, entre otras reformas que hace a la protección del trabajo de los menores.

Sin embargo, la lucha contra el empleo infantil encontró escollos: un informe de la Inspección Laboral Nacional revela que no hay condenados en la justicia por utilizar trabajo infantil, y que de las  231 denuncias penales por el tema, 98 fueron archivadas por diversos motivos.

Como ocurre con todas las estadísticas de la “pesada herencia” estos datos también son cuestionados por el gobierno, que no ofrece los suyos, y toquetea a discreción todas las estadísticas.

La mejor forma de despejar toda duda al respecto sería conocer los números oficiales del trabajo infantil en la Argentina en los tiempos de un gobierno “campo friendly” (el sector rural es el que registra históricamente los mayores porcentajes de trabajo infantil), conducido por el esposo de Juliana Awada.

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