martes, 25 de julio de 2017

¿EL MAJUL ROSARINO?


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Nadie en su sano juicio sabe quiénes van a ganar, empatar o perder en las elecciones de mitad de mandato. (Ah, empezamos fuerte, con conceptos trascendentales, iluminadores) Y ese es el principal dato sorprendente, (Inesperado, no lo vimos venir) casi el único de este proceso electoral que muestra una sobreoferta de candidatos y un casi nulo interés de la sociedad. (Uy, esto es también sorprendente: nunca se dijo antes. Igual, siendo columnista político tendrías que cuidar menor el quiosco) La reaparición de Cristina Kirchner como figura central del día a día de la política, (¿Se había ido, cuando?) su pretendida intención de voto, y el hecho de que a casi dos años de su salida del poder se siga hablando de ella como protagonista singular, demuestra de manera empírica, singular y pulimentada (Palabra habitual en ésta columna, que suena a “puliméntame la perilla”) el fracaso del actual gobierno por encontrar el buen camino en materia económica. (¿En serio, vos decís que no estamos creciendo al 4 % como dijo Sturzenegger y coso?)
Se escribió aquí durante los primeros meses de gestión que el destino de Macri no dependería del peronismo ni de Cristina, sino del precio de las cosas. (Le hubiera convenido que dependiera del peronismo, al final) Y eso es lo que ha sucedido. (¿Vos decís que las metas de inflación de Sturze no estarían funcionando?) Lo peor que le pasa a Cambiemos no es el riesgo de perder las elecciones, algo que no parece demasiado posible a nivel nacional, sino la pérdida de feeling de parte de la mayoría de los argentinos con el gobierno. (¿Y si perdieron feeling con la mayoría como es que van a ganar?) "Creció el mal humor y eso se traduce en una caída de la imagen del gobierno", admiten en Poliarquía, con los números últimos en la mano. (Unos grossos, si no lo decían ellos no nos dábamos cuenta) La aprobación de la gestión cayó 5 puntos, el rechazo a la gestión creció 6 puntos y la imagen positiva del gobierno descendió 6 puntos. (Pero lo encanaron a Manzanares y Cristina pagó 36 pesos un vasito de plástico, digamos todo) Incluso, Isonomía, la consultora preferida del gobierno, sostiene que arranca erosionado la campaña electoral. (Fuego amigo, pobre Mau, así no se puede)
El factor Cristina es la demostración de la grisura del gobierno (Si tuviéramos que optar por un color, hubiéramos dicho marrón: tipo sorete, para ser más precisos) pero, a la vez, lo único que le permitirá sacar una ganancia al final del camino. El macrismo no podrá ganar el amor de las mayorías sino por el espanto que a una buena parte de la población le generaría una victoria de la ex presidenta. (La doctrina Borges, digamos. El tema es que se eligen legisladores. ¿O Macri está pensando en rajarse antes del final del mandato?) Y esta carrera electoral tiene dos pasos, uno en agosto y el otro en octubre. (Seguimos con las novedades sorprendentes. “El rinconcito de la obviedad” se debería llamar ésta sección) Cristina logra índices apabullantes en el tercer cordón del conurbano, al punto de duplicar el voto a Cambiemos. Esa zona, claramente, sufre las consecuencias de la política económica, sus pobladores están peor que hace un año y medio. Ahí, poco puede hacer Jaime Durán Barba con su discurso. (¿Vos decís que ahí los pases mágicos del gurú no tienen efecto? Dolor La Matanza. Igual, si lo mirás bien, puede: con lo del narcomenudeo es posible qu haya empeorado aun más las cosas) Allí el gobierno sólo puede perder. (¿No era que nadie podía predecir el resultado de las elecciones, en qué quedamos? Ponéte de acuerdo)
La ex jefa del Estado lleva adelante, curiosamente, una campaña en la que no está de cuerpo presente en esas barriadas del conurbano. (Y no, si va duplicando en votos a Cambiemos, sería perder el tiempo. Lo que es curioso es lo de “curiosamente”) No ocurre lo propio en otras zonas de la provincia. Cristina hizo el ridículo en su visita a un tambo bonaerense: su gobierno y el de su marido chocaron la calesita con ese sector. (Decí que después vinieron Macri, Lopetegui y Quintana y arreglaron todo. Ah, no, pará... Igual, si Macri visita fábricas, mirá si Cristina no va a poder ir a un tambo) En los sectores rurales reposa el más alto índice de gestión negativa de CFK. Pero nada es seguro. (Exacto: nadie puede predecir nada, salvo que el gobierno pierde por paliza en el conurbano, o algo por el estilo) Las encuestas en provincia de Buenos Aires se reparten entre las que dicen que gana Cambiemos y las que dan arriba a Cristina. (Mirá vos, hubiéramos jurado que alguna lo daba en punta a Pitrola) Por ahora, Sergio Massa no mueve el amperímetro. Salvo para el sondeo de una empresa (Aragón & Ascociados), que lo dio por encima de Esteban Bullrich, (Sí, a unos 10 puntos de Cristina, o más. O sea, lejos de la cabeza, peleando por los premios)postulante que, al decir de Jorge Asís, tiene menos carisma que una cicatriz. (Lo único original de toda la nota es algo que le afanaste a otro)
Lo curioso del caso, (Cuantas cosas curiosas obvias que vas encontrando) y lo que demuestra el fracaso oficial en la economía del día a día, no es que Cristina gane, sino que pueda ganar. (¿Y qué tendría de curioso eso? Lo curioso sería que gane Bullrich) La mujer tiene el más alto índice de imagen negativa, se niega a hablar con el periodismo independiente (LO cual es uno de los factores que le reporta su intención de voto) por temor a las preguntas neutrales (Claro, algo así como ese reportaje incisivo que le hiciste vos a Macri, que terminó la nota con una arritmia) y llegó a copiar buena parte del modelo comunicacional de Durán Barba. Que la dos veces presidenta esté tocando la posibilidad de ganar en el distrito más importante no es una buena noticia para el resto del peronismo (Depende: en cuanto le sientan olor a cala y nardo a Macri, se les pasa la chinche con el kirchnerismo en 10 minutos) que, desde octubre de 2017 hasta a 2019, seguirá teniendo en Cristina una piedra en el zapato. Se sabe: no hay PJ competitivo sin liderazgo, y hoy el liderazgo es de Cristina. (O sea, ella es la piedra, pero todos los otros son unos zapatos) Que ya se fue del PJ, pero mantendrá ese sello a baño María.
El gobierno nacional comienza a apostar ahora por dos vías que impactan en Massa. (¿Se viene el carpetazo para el Kennedy de Nordelta?) Si Cristina resulta la más votada en primarias levantará la idea de "ella o el cambio", tratando de vaciar de votos al ex intendente de Tigre. Pero, para eso, necesita que Massa quede tercero, lejos. (Y sobre todo necesitan que el quede tercero lejos, no sea Bullrich) El que no mueve el amperímetro es Florencio Randazzo, clavado en el cuarto lugar y sin ninguna chance de subir escalones hasta tornarse competitivo. (¿En serio, está chequeado eso? Lo mal que se van a poner el Chino Navarro y Abal Medina cuando se enteren) En ese esquema de la Casa Rosada, las primarias actúan como una encuesta gigante o como una especie de primera vuelta. Para los macristas, el espejo inmediato es lo que sucedió en el proceso electoral de 2015, (Elección presidencial, con balotaje, contra elección legislativa de medio término, ajá) pero tendrían que tener en cuenta que desde ese tiempo hasta hoy pasó bastante agua por debajo del puente y, además, tiene a Cambiemos en el poder. (Lo cual es un inconveniente, sobre todo cuando uno es gobierno y no deja cagada por hacer)
La necesidad de Cambiemos tiene cara de hereje, (Ah, por eso salieron a pegarle al Papa, vía Lanata) y eso genera cambios de métodos proselitistas hasta en Elisa Carrió, (Que si de algo no sabe es de proselitismo, como lo comprueban sus perfomances electorales cuando fue candidata) quien condiciona la llegada de inversiones y capitales a un triunfo oficialista. Ese acting de Lilita era impensado. (Es verdad, ¿quién lo hubiera esperado de alguien habitualmente mesurado en sus opiniones, equilibrado y para nada afecto a las declaraciones sensacionalistas?) Cambiamos. El problema del gobierno, al margen de las inversiones, es el aquí y ahora: la inflación no se plancha, el dólar sube, el consumo baja y ni el pago del aguinaldo movió la báscula. (Pero crecen los despidos y la fuga de capitales, y hay otro tarifazo a las puertas. Digamos todo) Esa ausencia de modificaciones en la temperatura del bolsillo llevó a Bullrich a cometer la boutade de auspiciar el empleo en cervecerías artesanales. Es como si en los 90, algún ministro menemista hubiera sindicado a las canchas de paddle como un indicador social ascendente. (Eran hijos de puta, pero no tan pelotudos ni faltos de calle) Ay, Bullrich. (Si, hay Bullrich, dos para ser más precisos. ¿Qué se puede esperar de un burro sino patadas?)
La ola que tiene a favor el gobierno sigue siendo la misma, y no viene por el lado de la economía. (Claro, por eso Durán Barba les prohibió hablar de ese tema, como ya lo contaba Sturzenegger hace unos años. Debe ser la ola de Flavia Palmiero) Se nota en el día a día cierto deseo de un amplio sector de clase media de dejar atrás las experiencias peronistas. (Sí, más o menos desde 1945 se nota. Otro dato novedoso y sorprendente, solo visible para los perceptivos como vos) No se trata de una construcción teórica del autor de esta columna, (Exacto: el autor de la columna lo lleva en su corazoncito) sino que se observa en la ausencia de un liderazgo nacional fuera de Cristina. (¿En serio, vos decís que Urtubey y Schiaretti no miden, que Pichetto no levanta a las masas? Dolor post kirchnerismo) Nunca el PJ salió cuarto en la provincia de Buenos Aires. (Es verdad. Y encima en la misma elección gana el peronismo, con Cristina) Y ahora va camino a ello. Por sobre todo el análisis político de campaña en la provincia y Rosario (que lo dejamos para una próxima elección, porque esta está toda dedicada a Cristina y la provincia de Buenos Aires) debe establecerse una primera cita, que dice más que  cualquier subtexto: casi el 50 por ciento de los potenciales electores no sabe a quién votar (¿De dónde sacás eso, hablaste con la gente de a una?) y no le interesa en lo más mínimo este período proselitista. (Otra vez gordi: aflojá con eso porque de los pocos que te leen, no va a quedar ninguno y a Vila y Manzano no les va a temblar el pulso para rajarte) Nadie, en su sano juicio, sabe cuál será el resultado de la historia final. (Tremendo. Nos va a costar conciliar el sueño esta noche, nos dejás pensando)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

2 comentarios:

  1. Tengo que suponer que esta es una columna gratuita. Si a alguien le pagan por soltar esta tanda de obviedades, estamos mal.

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  2. "Nunca el PJ salió cuarto en la provincia de Buenos Aires. (Es verdad. Y encima en la misma elección gana el peronismo, con Cristina)". Brillante, va a ser dificil superar este gaste...

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